26 ene 2010

Jugando con la sombra


Ken Wilber propone un experimento personal:
Si queremos saber cómo ve el mundo nuestra sombra sólo tenemos que asumir exactamente lo contrario de aquello que sentimos, creemos, deseamos...., de este modo podemos percatarnos de las polaridades en las que nos movemos, definirlas, expresarlas y recuperarlas.
El temor que se dispara?, que la sombra se apropie de nosotros y nos veamos obligados a actuar según sus dictados. Lo paradójico?, que mientras permanece inconsciente nos obliga y cuando se hace consciente nos da la capacidad de elección.
Jugar con la sombra, jugar con las polaridades.
Y cuando enfrentamos al monstruo, alehop!, desaparece.

14 ene 2010

Y ..., qué es la sombra?


"Uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad"
Carl G. Jung

El caballero de la armadura oxidada, Ged,…. son protagonistas de cuentos para... "niños" que nos enseñan cómo es el camino de los héroes, de los magos, de los hombres. En el camino hay que disolver la armadura, abrazar la sombra.

Coloquialmente sombra es la persona que sigue a otra por todas partes.
Esta definición puede servir si "la persona que me sigue" la entiendo como una parte de mi personalidad. Alguien que me sigue arrastrando mis deseos no reconocidos, aspectos reprimidos de mi personalidad, etc, alguien que me sigue arrastrando todo aquello que en los primeros veinte años de vida (más o menos...) decido que no me pertenece, que no tiene nada que ver conmigo. Esta sombra que me sigue a todas partes y que yo no quiero ni ver, crece con los contenidos que rechazo.
En estos contenidos rechazados están cualidades que aborrecemos y también, curiosamente, cualidades que deseamos y que pensamos que no están a nuestra disposición.

7 ene 2010

Un Mago de Terramar

"Ged alzó entonces la vara, bien alto, y el resplandor fue de pronto intolerable, de una blancura tan ardiente que dominó y arrasó aquella antigua oscuridad. Bajo esa luz, toda forma humana se desprendió como una piel de la cosa que avanzaba hacia Ged. Se encogió y se contrajo, se ennegreció, mientras reptaba por la arena en cuatro cortas patas provistas de garras y zarpas. Mas todavía avanzaba, alzando hacia Ged un hocico ciego, informe, sin labios, sin orejas ni ojos. Y en el momento en que estuvieron frente a frente, a la blanquísima luz mágica de la vara, se hizo completamente negra, y se irguió. En silencio, hombre y sombra se encontraron cara a cara y se detuvieron.

En voz alta y clara, rompiendo aquel viejo silencio, Ged pronunció el nombre de la sombra, y en el mismo instante, habló la sombra, sin labios ni lengua, y dijo la misma palabra: —Ged. —Y las dos voces fueron una sola voz.

Ged soltó la vara, extendió los brazos y abrazó a la sombra, a la negra mitad que reptaba hacia él. Luz y oscuridad se encontraron, se fusionaron, se unieron."
"Un Mago de Terramar"
Ursula K. Le Guin

4 ene 2010

El Caballero de la Armadura Oxidada



Se puso de pie con gran esfuerzo, indicándole a Merlín que estaba listo para comenzar el viaje.
Mientras caminaban por el sendero, el mago sacó una exquisita llave dorada de su cuello y se la dio al caballero.
- Esta llave abrirá las puertas de los tres castillos que bloquearán vuestro camino.
- ¡Lo sé! -gritó el caballero-. Habrá una princesa en cada castillo, y mataré al dragón que la retiene y la rescataré...
- ¡Basta! -lo interrumpió Merlín-. No habrá princesas en ninguno de estos castillos. E, incluso si las hubiese, en estos momentos no estáis capacitado para rescatar a ninguna. Tenéis que aprender a salvaros vos primero.
Tras la reprimenda, el caballero permaneció en silencio, mientras Merlín continuaba:
- El primer castillo se llama Silencio; el segundo Conocimiento y el tercero Voluntad y Osadía. Una vez hayáis entrado en ellos, encontraréis la salida sólo cuando hayáis aprendido lo que habéis ido a aprender.
Desde el punto de vista del caballero, esto no parecía tan divertido como rescatar princesas. Además, en aquel momento de su vida, visitar castillos no era lo que más le apetecía.
- ¿Por qué no puedo simplemente rodear los castillos? -preguntó malhumorado.
- Si lo hacéis, os extraviaréis del sendero y seguramente os perderéis. La única manera de llegar a la cima de la montaña es atravesando los castillos -dijo Merlín firmemente.
El caballero suspiró profundamente mientras contemplaba la empinada y estrecha senda. Desaparecía entre los altos árboles que sobresalían hacia unas nubes bajas. Presintió que este viaje sería mucho más difícil que una cruzada.
Merlín sabía lo que el caballero estaba pensando.
- Si -afirmó-, es una batalla diferente la que tendréis que librar en el Sendero de la Verdad. La lucha será aprender a amaros.
- ¿Cómo haré eso? -preguntó el caballero.
- Empezaréis por aprender a conoceros -respondió Merlín-. Esta batalla no se puede ganar con la espada, así que la tendréis que dejar aquí.
"El Caballero de la Armadura Oxidada"
Robert Fisher

1 ene 2010

Bienvenido 2010

Con luna llena

Dejar marchar lo viejo, despedirse...., hacer espacio para recibir lo nuevo.