Es propio de los órdenes del amor entre padres e hijos, y del amor entre hermanos, que todo el que tome honre el don recibido y al dador del que lo tomó.
Nuestros padres nos dan la vida y son los únicos capaces de hacerlo; otras personas pueden darnos lo que necesitamos aparte de esto. Algo bello ocurre cuando una persona mira a sus padres reconociendo, en ellos, la fuente de la vida. Todo el que ama y honra la vida, implícitamente ama y honra a los dadores de la vida.
Bert Hellinger
Hoy, un pequeño homenaje: Las manos de mi madre....
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